lunes, 8 de octubre de 2012

Pizarra digital interactiva

En línea con la entrada anterior, en este caso nos vamos a centrar en una de esas interesantes herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías, la pizarra digital interactiva. Podríamos decir que es básicamente un ordenador con una pantalla táctil del tamaño de una pizarra y que además de permitir todos los usos de una pizarra tradicional (sustituyendo la tiza por el dedo), dispone de una amplia gama de herramientas interactivas que van desde la inserción de imágenes hasta la posibilidad de enlazar con contenidos de internet.


Opino que puede ser una herramienta muy útil para la docencia, en primer lugar por el papel estimulante que puede ejercer sobre los alumnos por el hecho de ser algo nuevo para ellos. Si a la novedad le añadimos el hecho de que es un instrumento con el que podrán interactuar directamente y sentirse partícipes e incluso constructores de la clase que se desarrolle, podemos considerar esta pizarra como un arma para combatir la apatía que suele reinar en las aulas.

En cuanto al profesor, esta pizarra le permite transmitir los contenidos de una forma mucho más visual y le permite estructurar lo que quiere mostrar a traves de la pizarra antes de llegar a clase.

Como aspecto negativo podemos mencionar que se puede convertir en un elemento distractor si se olvida que lo importante son los contenidos que se muestran a través de la pizarra y no la pizarra en sí. Además, también el uso de la pizarra por parte de los alumnos puede suponer que se ralentice el desarrollo de la clase, pero este defecto se ve compensado si con ello se consigue aumentar la motivación de los alumnos.

También hay que tener en cuenta que es un instrumento caro y que por tanto no estará disponible en la mayoría de los centros educativos. Por tanto, aunque es una herramienta que podría resultar muy útil, de momento no parece muy factible que se pueda extender su uso, pero de cara al futuro puede ser un instrumento a tener en cuenta, y que además podría combinarse con el uso de ordenadores personales de los alumnos, de tal manera que pudieran estar conectados a la pizarra y así interaccionar desde sus propios ordenadores con la pizarra y guardar todo el contenido que se muestre en la pizarra a lo largo de la clase en sus propios ordenadores.

Por último, recordar que la pizarra no es más que una herramienta y que el éxito en nuestra tarea de que los alumnos aprendan dependerá, no tanto de la propia herramienta, sino de cómo la utilicemos.


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